Primera línea de defensa
El sistema inmune innato es el primero en responder a los patógenos y no retiene la memoria de respuestas anteriores. Así, este sistema considera tres mecanismos de defensa: barreras físicas, componentes celulares y respuestas humorales (próxima ficha).
Las barreras físicas, presentes en piel, branquias y tracto gastrointestinal evitan la entrada de patógenos al pez. Luego, si el microorganismo logra traspasar este tipo de barreras, se encontrará con los componentes celulares y humorales del sistema inmunológico innato.
“La inmunidad innata es muy importante a nivel productivo en campo, ya que es la primera línea de defensa de los peces. Aunque no es específico y no retiene memoria de respuestas anteriores, sus mecanismos activan y modulan el sistema inmune adaptativo que atacará al patógeno con especificidad y memoria”, complementa el Dr. Marco Rozas, autor de la ficha y Managing Director de Pathovet.
Según explica el experto, la activación de la respuesta inmune innata es algo que podría llevarse a la práctica productiva para optimizar el rendimiento sanitario y productivo de los peces.
“En la práctica, podemos activar la respuesta inmune innata en los peces en cultivo para promover la protección a nivel de barreras físicas y de componentes celulares para optimizar su rendimiento sanitario y productivo, especialmente contra bacterias y parásitos presentes en el agua”, señala el Dr. Rozas.
Últimamente, se ha comenzado a utilizar el término “inmunidad innata entrenada” para explicar la estimulación de la defensa inmune innata que puede conferir una mayor resistencia inespecífica a la infección por patógenos “y abre un espacio para continuar avanzado en la inmunidad innata”, concluye el Managing Director de Pathovet.
Fuente: Salmonexpert